Entrevistando a Melania Urbina (Althea)

Melania, quien sigue tan sencilla como en sus primeras incursiones en la televisión y el teatro, prefiere pensar en esos tiempos como parte del vaivén de la actuación y ahora, como madre de una niña de tres años y con más de siete películas en su haber, ha decidido cumplir su sueño de toda la vida: hacer cine por el mundo y para el mundo. Por lo pronto, desde este jueves la veremos en la película “La Gran Sangre” del director Jorge Carmona.
¿En qué año comenzaste en la actuación?
Formalmente, en 1994. En ese año hice mi primera obra de teatro, aunque vengo actuando de toda la vida. Yo era la típica niña que estaba en todas las actuaciones de su colegio. Cada vez que había un baile, canto o un concurso de poesía, yo siempre quería participar.
¿Desde siempre has sabido lo que querías ser o eres de las que encontró su profesión en el camino?
Siempre quise ser actriz, pero nunca me lo planteé como una posibilidad real porque me sonaba utópico. Era un sueño y no una posibilidad de vida. Quería ser psicóloga o médico forense. Estudié Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Lima, pero no terminé. Hasta que un día me pregunté por qué no hacer realidad este sueño por más lejano que sonara, así que me inscribí en el Club de Teatro de Lima para probar suerte. Me encantó. Ahí me di cuenta que eso era lo que quería y que necesitaba invertir tiempo y esfuerzo para ver frutos.
¿Se puede vivir cómodamente con lo que gana una actriz?
Con muchísima dificultad, pero mal que bien yo sí vivo de la actuación y por ello siento que soy una privilegiada. Hay momentos en los que sufres, te preocupas, vives angustiado y con el dinero a las justas, pero también hay otros de mayor tranquilidad. Lamentablemente, ya me acostumbré a la inestabilidad, a no tener posibilidad de proyectarme.
Con muchísima dificultad, pero mal que bien yo sí vivo de la actuación y por ello siento que soy una privilegiada. Hay momentos en los que sufres, te preocupas, vives angustiado y con el dinero a las justas, pero también hay otros de mayor tranquilidad. Lamentablemente, ya me acostumbré a la inestabilidad, a no tener posibilidad de proyectarme.
Y aprendes a aceptarlo…
Sí porque es parte de tu vida y lo incorporas a tu estilo de vivir. A mí sí me gusta planificar, tener las cosas claras, sin embargo ya he asumido que me he metido a una carrera en la que no tendré las cosas claras.
Tu portafolio debe ser muy grueso. ¿Cuántas películas y telenovelas has realizado?
He hecho ocho películas y casi el mismo número de telenovelas y obras de teatro. En cine he tenido bastante suerte, pues he podido hacer una buena cantidad de películas para mi edad (29 años).
Sin embargo, ahora parece que es más fácil llegar a ser actor en nuestro país, lo digo porque personas sin experiencia tienen la oportunidad de salir en televisión o teatro.
Creo que hay espacio para todos. Yo respeto a todas las posiciones y todas las opciones. Simplemente no es lo que yo quiero. Yo deseo ser un tipo de actriz seria y con preparación. Más que la fama, a mí me interesa otro tipo de reconocimiento. Saber que estoy haciendo lo que me gusta y que lo estoy haciendo bien. Finalmente, creo que hay espacio para todos. Y para mí el valor, más que llegar a un medio, es mantenerte en él.

Nunca he llegado al extremo de no querer actuar más. Pero sí hubo momentos en los que decía “voy a tener que hacer otra cosa más para sobrevivir”. Hasta ahora no descarto la posibilidad de trabajar en algo paralelo que me permita tener una estabilidad económica mayor y más ahora que soy madre. Cuando uno está solo ya ve cómo sobrevive, pero cuando tienes un hijo, debes darle el mínimo de comodidades y facilidades.
Con la película “Mariposa Negra” llegaron los reconocimientos internacionales…
Anteriormente ya había obtenido un premio en un festival latinoamericano en Providence, EE.UU. por “Ojos que no ven”. Ahí gané el premio a mejor actriz. Y con “Mariposa Negra” obtuve dos: en el festival Billaritz en Francia y el de Málaga en España.Veo que eres de las que se emociona con los premios
Claro que me emociono y los disfruto un montón, aunque eso no significa que actúo para recibir premios. Si uno pretende actuar para recibir premios probablemente sea un actor frustrado. Yo no pienso en los premios cuando actúo, eso ya es un regalo extra que de pronto aparece, pero me encanta, sobre todo contárselo a mis padres para que estén felices y orgullosos de mí.
Sin embargo, acá las críticas no fueron tan generosas con la película de Lombardi
No fueron buenas porque creo que es casi imposible que en el Perú te hagan buenos comentarios. Hay un sector de la crítica nacional que se ensaña con nuestro propio cine peruano. Hay críticos que yo respeto y que me parecen objetivos, pero hay un sector que escribe con el hígado más que con la cabeza. Cuando hay alguna película peruana, algunos críticos solo se fijan en las cosas malas y la destruyen gratuitamente, se agarran de los errores y no resaltan las cosas positivas. Yo me niego a pensar que una película como “Mariposa Negra” no tenga cosas rescatables y buenas.
¿Pero igual lees las críticas?
Cada vez menos. Hay críticos que me interesan y busco leerlos, pero hay otros que prefiero ni mirarlos porque de antemano sé que van a hablar mal. Para qué voy a molestarme, prefiero no hacerme mala sangre.¿Cuál ha sido el papel más difícil que has interpretado?
El de “Mariposa Negra”, porque el personaje tenía una carga emocional muy fuerte, un mundo interno muy grande. Es un personaje bastante complejo que pasa por emociones extremas durante toda la película. Más que el contexto político en que se desarrollaba la película, lo fundamental para mi personaje era el drama personal y sus ganas de hacer justicia. Ahí radicaba su esencia.
Sin embargo, lo que la gente más recuerda es a “la chica dinamita” de D’jangoSí, la gente no se olvida de ese personaje. Esa película fue vista por muchas personas, el público la disfruta y no deja de sorprenderse por las escenas de sexo. Yo le tengo mucho cariño a ese personaje.
Sin embargo, lo que la gente más recuerda es a “la chica dinamita” de D’jango
Sí, la gente no se olvida de ese personaje. Esa película fue vista por muchas personas, el público la disfruta y no deja de sorprenderse por las escenas de sexo. Yo le tengo mucho cariño a ese personaje.
Eres consciente que gran parte del recuerdo del público por este personaje se debió al desnudo que hiciste.Sí, en parte fue por eso. Por un lado, disfruto que no se olviden de la película, es increíble que haya hecho un personaje que va a quedar en la memoria de la gente, pero por otro, me da ganas de decirle a todos: ¡ya supérenlo! (risas). Si les gusta el desnudo, que lo disfruten, pero ya no hagan un escándalo con eso.
Cuando te viste en pantalla ¿no te sorprendiste?
En ese momento lo tomé más deportivamente, ahora me sorprendo mucho más.
Hacer un desnudo no es un motivo para que rechaces un papel…
Depende. Para mí es difícil hacer un desnudo. No es que me guste, para nada. Me cuesta mucho, me pongo muy nerviosa y tensa. En todo caso sé que no voy a dejar de hacer una película que me interesa o que me parezca importante porque se necesita un desnudo.
Entonces, ¿qué sería un obstáculo para que no aceptes un trabajo?
Que no me guste la historia, que no confíe en el director o en la producción. Básicamente que el guión no me interese.
Pese a que ya habías hecho algunos desnudos, ¿por qué crees que la gente se escandalizó tanto por el beso con Ivonne Frayssinet en la película “Mariposa Negra”?
Lamentablemente los peruanos tenemos muchos prejuicios, existe mucha cucufatería. Todavía nos cuesta mucho ver eso, pero la manera de superar esa represión es viéndolas y no escondiéndolas. Imagino que en la siguiente película en que dos mujeres se den un beso habrá menos escándalo. Es todo un proceso de madurez por el que debe pasar el país.
Uno de tus últimos trabajos fue la miniserie “Mi problema con las mujeres”, que no tuvo gran acogida en el ráting. ¿Lo tomaste como un fracaso?
A esa serie la amo y guardo un orgullo especial por el personaje. La pasé excelente grabándola, y finalmente yo me quedo con eso. Además, hacía mucho que la gente no se me acercaba para felicitarme por la serie y eso le pasó a todos los actores del elenco. Eso no es común. Con eso me quedo, con la alegría de la gente que lo disfrutó. Es más, me encantaría repetir el plato.
Muchos peruanos te consideran una mujer sexy….-¿Sí?, ¿te parece? En mi vida diaria no me considero sexy. En mi forma de vestir, en mi forma de actuar no soy así. Siento que si quiero puedo serlo, pero no es mi carácter natural. Yo diría que soy más bien de perfil bajo, hasta tímida y reservada.
Sin embargo, te han dado varios papeles en las que tenías que interpretar a mujeres sensualesLas cosas se dieron así, pero no soy consciente de esa imagen porque no me considero sexy. A veces mi trabajo me obliga a serlo.
¿Ser madre es uno de los roles más importantes que te ha tocado interpretar en tu vida?
Definitivamente ser madre te cambia la vida y estoy feliz, aunque también tiene cosas difíciles. Me muero por mi hija Lucía, la adoro y siempre querré darle lo mejor.
¿Qué crees que dirá Lucía más adelante sobre la profesión de su madre?
No sé, espero que para ella sea natural porque finalmente va a crecer viendo esto y sabiendo que su mamá es actriz. Quién sabe si en algún momento de su vida, le moleste, no sé. Yo pretendo no meterle en la cabeza ningún prejuicio, ninguna represión para que no juzgue esas cosas y las vea con tranquilidad y naturalidad.
Y la relación con el papá de tu hija ¿qué tal es?
Excelente. Somos grandes amigos.
¿Cuál es el secreto? pues es bastante complicado llegar a ser amigo (a) del ex...
Creo que mientras haya sinceridad y cariño verdadero no tiene que ser difícil y cuando no ha habido nada malo (ni infidelidad, ni traición, ni mala onda) puede existir amistad. Yo felizmente he tenido relaciones muy saludables. Debo decir que soy amiga de todas mis ex parejas y eso es porque me he relacionado con gente de buenos sentimientos, buenas personas y Frank (Pérez Garland) es uno de ellos.
Todavía guardas mucho cariño por Frank, ¿verdad?
Yo lo quiero un montón, es una persona excelente y siempre vamos a estar unidos por nuestra hija y porque, además, tenemos una gran amistad. Yo quiero lo mejor para él y viceversa. Si bien toda separación implica una tristeza, eso se supera y queda el cariño y la amistad.
No todo es actuación en tu vida, también haces música. ¿Qué es “La Malandra”?
Somos un grupo de batucada que ya tiene año y medio de formado. Siempre me gustó lo que era la música. Una vez los vi y me quedé tan fascinada que me dije: “quiero ser parte de La Malandra”, y como soy una chancona, me afané hasta que me invitaron a formar parte del grupo. Estoy muy contenta pues realizamos muchas presentaciones, pero la actuación siempre será mi vida y mi prioridad.
Nuevo estrenos, nuevo reto

Esta semana se estrena la película nacional “La Gran Sangre”. Cuéntanos sobre este nuevo papel que te tocó interpretar.
Mi personaje se llama Altea. Es del grupo de los villanos, la mano derecha del Rocha (José Alonso) que es el jefe de la mafia del narcotráfico. Ella lo ayuda a planificar su movida.
¿Seguías la serie de televisión?
No la seguí toda, pero sí había visto algunos capítulos. Ahora con la película aspiramos a repetir el mismo éxito presentando un buen producto. El problema está cuando quieres ser comercial y vender sin nada de calidad. Esta es una película de acción total que tiene muchos efectos especiales.
¿Qué impresión te dejó el actor mexicano José Alonso?
Excelente. Aparte de ser un gran actor con una trayectoria enorme, es una persona encantadora, con una enorme disposición para el trabajo. Las condiciones del rodaje por momentos eran muy difíciles, sobre todo en la selva, pero José Alonso siempre estaba con una sonrisa. Es admirable, el que menos se quejaba era él.
¿Y la relación con el resto de los actores?
La dinámica con los chicos fue genial, me llevo muy bien con ellos. A Aldo (Miyashiro) recién lo conocí en el rodaje y nuestra relación es muy buena. Con la actriz argentina Carolina Pampillo hubo una química inmediata, desde que nos conocimos nos volvimos grandes amigas.
¿Puedes decir que tienes amigos en el mundo de la actuación?
Claro que sí. Pocos, pero buenos. No tengo muchos amigos, no porque diga que en el medio no hay gente para serlo, sino porque así es mi carácter, no soy una persona muy amiguera.
Es curioso pues das impresión de ser todo lo contrario...
En realidad tengo un carácter muy fregado. La gente cree que soy dulce y dócil, pero la gente que me conoce sabe que soy una pesada. Tengo un genio super fuerte y extremista. O estoy tranquila o estoy histérica y nadie me soporta.
¿Qué es lo que se viene para Melania?
Hay un par de proyectos de cine que no puedo adelantar mucho porque ninguno es un hecho, pero ojalá se concreten. Uno de todas maneras es este año con el director Chicho Durand, y el otro probablemente también sea este año. Después también tengo un proyecto con Frank y para lo que él me llame yo aceptaré feliz.
¿Te quita el sueño la internacionalización?
No, para nada. Siento que si tiene que llegar, llegará. Hollywood no es uno de mis objetivos, lo cual no quiere decir que si me llega una propuesta diré que no. Quiero hacer cine por el mundo, quiero hacer películas interesantes, con grandes directores. Ese sería mi sueño. Teniendo una hija no puedo darme el lujo de irme a ver qué pasa, así que prefiero, desde mi país, hacer un producto interesante que se vea al exterior. La película es tu mejor carta de presentación: “ahí está mi trabajo y si te interesa, llámame” (risas).
Fuente : EL COMERCIO
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